
Según se ha podido saber, la cantante ofreció su imagen a una serie de pulseras de plástico que recogía una frase en favor de las víctimas, 'We pray for Japan' Recemos por Japón, pero lo que en un principio era una acción solidaria en la que los beneficios irian destinados en su totalidad a las víctimas, pronto se convirtió en un negocio más de la cantante.
Al parecer, parte de los beneficios obtenidos por la venta de estos accesorios han sido retenidos en las cuentas de Gaga sin justificación alguna. Además, muchos de los compradores se han quejado de que los gastos de envio eran excesivos y otros tantos se habrían quejado de no haber recibido su pulsera.
Muchos de estos clientes insatisfechos han demandado a la interprete de 'Born this way', mientras que su entorno ha admitido que parte de lo que se cuenta es cierto pero que aún se están aclarando algunos fallos de la posible demanda.
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